Reforzando la motivación de los retailers, por Simona Volonterio
¿Cómo se motivan los mejores profesionales?
Leo que Shakira antes de un concierto se reúne con su equipo y hace una pequeña meditación en círculo y con las manos entrelazadas. Luego se suelta en una especie de grito de guerra que hace subir la adrenalina como una descarga a través del hilo conductor de las manos…
¿Qué consigue con esto? Motivarse.
Steven Reiss, psicólogo americano recientemente fallecido, descubrió que las personas tienen una serie de deseos básicos que motivan sus acciones. Entre los principales está la familia, la aceptación, el comer, el contacto social…Uno de ellos es la Curiosidad.
Parece ser que la curiosidad por aprender es una palanca motivacional importantísima. La curiosidad mata. En inglés, “curiosity killed the cat”, o la curiosidad mató al gato. Eso sería una manera de verlo, pero yo comparto la visión de Charles Handy, experto en dirección de organizaciones, que afirma lo contrario: “curiosity made the cat”.
La curiosidad es la palanca del aprendizaje y este está vinculado a la motivación.
Por la regla de tres, la curiosidad actúa en la motivación. La activa. ¡La provoca!
Debemos cultivar la curiosidad, pues. ¡Pongámosla en marcha!
Haz preguntas para todo lo que se mueve en tu ámbito de influencia profesional, pero también en tu entorno personal. Nunca sabemos a dónde nos llevará esa pregunta. Quizás a más conocimiento sobre eso mismo, quizás a otro terreno desconocido…tira del hilo y descubrirás algo que te motiva.
Juega y emociónate. Descubrirás partes de ti mismo olvidadas, que pujan por salir de nuevo. Recuerda ese juego que os divertía con tus hermanos y que está olvidado en el trastero… Quizás este sábado puedas volver a echarle un ojo…quizás redescubras en tu viaje a las antiguas emociones, qué era lo que soñabas de niño. ¡Qué te motivaba!
Diviértete. ¡La alegría también motiva!
¿Cómo aplicamos esto al mundo retail?
Pensemos. ¿Cuántas veces has sentido curiosidad por el cliente que entra en tu punto venta? No voy a esperar mucho a que contestes, porque en la mayoría de los casos dirás que ninguna.
Quizás la hayas sentido en algún caso en que ese posible cliente iba bien vestido, o tenía un aspecto distinguido, pero no en otras en que el personaje no te llamaba la atención.
La curiosidad se apoya en la Atención, que es el medio. Poniendo atención desarrollo la Curiosidad.
Empieza un pequeño training de Atención y recoge resultados. Verás que tu motivación crecerá con el tiempo. Allí van unas simples pautas para la OBSERVACIÓN DEL CLIENTE…
Imagina quién es: ¿es un profesor de historia? ¿Una ama de casa? ¿Una secretaria de un bufete jurídico? ¿Un cirujano? ¿Un músico?
Imagina el motivo de su visita: ¿Busca algo concreto? ¿Ha entrado solo para pasar un rato libre? ¿Le atrajo algo del escaparate?
Imagina qué te preguntará: ¿El precio de tal producto? ¿Las condiciones de entrega? ¿Otro color? ¿Más modelos?
Entrena tu imaginación y recoge datos mentales sobre lo que ocurre. Si haces esto cada día por un tiempo, verás potenciado tu nivel de atención y a la larga, tu motivación para tu trabajo también mejorará, ya que tu diálogo con el cliente habrá mejorado. Por cierto, ¡no olvides practicar con las respuestas! Pero eso es parte de otro entreno…
Simona Volonterio